Este mes en nuestro colegio estamos trabajando con la temática de la diversidad, un período dedicado a celebrar y fomentar la inclusión de la diversidad sexual, neurodiversidad e interculturalidad, y se han desarrollado algunas actividades que reflejan el espíritu franciscano en fraternidad, solidaridad y respeto de nuestra comunidad. Los protagonistas de estas iniciativas, que abrazaron la consigna de que la diversidad enriquece y permite quererse a sí mismo, querer a los demás y querer nuestro entorno, se unieron en un espíritu de unidad y paz. Las actividades y charlas a lo largo del mes se centraron en la promoción de la igualdad y el respeto mutuo, reconociendo la importancia de celebrar nuestras diferencias mientras cultivamos la comprensión y la armonía.
La diversidad, tanto en términos de orientación sexual, capacidades neurodiversas y antecedentes culturales, se abrazó como una manifestación de la belleza de la vida. La alegría se hizo evidente en cada actividad, ya que las personas compartieron sus experiencias y aprendieron de los demás. Es en estas conversaciones donde toma vital importancia el respeto, la tolerancia e inclusión. Ya que todos en algún momento, hemos estado en la vereda de ser distinto, ya sea por nuestra raza, color de piel, nuestra estatura, nuestro cuerpo, nuestras creencias, religión, nacionalidad, preferencia u orientación sexual, etc. Ante esto, Johana Santibáñez, Coordinadora del área de Formación nos comenta “Es importante para nosotros poder hacer un trabajo con la Comunidad y así atender a una necesidad que hemos ido detectando, donde muchas veces en la dinámica de insultos, de malos tratos o en las dinámicas relacionales del cotidiano empleamos conceptos o argumentos que son discriminatorios, que están cargados de sesgo y de baja tolerancia. Entonces la idea es poder fomentar y establecer como un eje central a trabajar en el colegio el tema de la diversidad. Queremos apuntar al trabajo de entender y de comprender al otro en su diversidad y diferencia”.
La fraternidad y la solidaridad se destacaron a medida que la comunidad se unió para apoyar y celebrar la diversidad en todas sus formas. Estas actividades no solo fortalecieron los lazos entre los participantes, sino que también contribuyeron a crear un entorno más inclusivo y respetuoso para todos. Este mes, donde celebramos la diversidad, ha sido un recordatorio de que la paz se puede lograr cuando valoramos y abrazamos la riqueza de nuestras diferencias, trabajando juntos hacia un mundo donde todos puedan vivir en armonía, sin importar quiénes sean o de dónde vengan.